Si algo tienen los desfiles de Ágatha Ruíz de la Prada es que sabes qué te vas a encontrar. Su código genético es tan claro, todo gira en torno al derroche de color y optimismo que ya forman parte del ADN de la firma.
De ahí que su colección para el próximo verano sea tan amplia desde el punto de vista creativo. En la mente de Ágatha cabe de todo: desde el grafismo ochentero, hasta las reminiscencias circenses, pasando por la estética más sport. Todo vale siempre y cuando sea adecuadamente coloreado y sencillo.
Si algo ha llamado la atención de su propuesta ha sido la inclusión de looks más de noche cortados en organzas delicadísimas y aderezados con pequeños corazones y desflecados, que rompen un poco la visión relajada y juvenil que predomina a lo largo de toda la colección.
Me ha encantado.
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